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¿Qué formación tiene el médico sobre dolor de espalda?

Revisando algunas actualizaciones en lumbalgia o dolor de espalda baja, me encontré con una dura crítica: “los médicos son terriblemente ineficientes a la hora de tratarla, la lumbalgia va más allá de su “expertise”. Escucharlo me hizo sentir incómodo e injustamente criticado, pero decidí reflexionar en el asunto.

Se estima que más del 80% de las personas experimentaran dolor de espalda baja o lumbalgia en algún momento de su vida con lo cual es uno de los diagnósticos más comunes en la consulta de casi todos los médicos, sin embargo ¿cuánto tiempo se dedica a la instrucción durante la formación de los profesionales de la medicina a este tema? Y más allá del tiempo ¿en que tipo de evidencia está basada esa educación?
Sin entrar en detalles en este momento de los conceptos teóricos de la lumbalgia es importante entender que se trata de un diagnóstico particular, pues se entiende a la vez como un síntoma, un síndrome y hasta como una enfermedad que abarca desde cuadros “benignos” de corta duración con mejoría espontánea sin repercusión, hasta cuadros crónicos sin diagnóstico específico, tratamientos costosos, secuelas y discapacidad

Y cómo responden las escuelas de medicina ante esta demanda de la población, ¡veamos!
Para poder atender correctamente a un paciente con lumbalgia el médico debe comprender cómo está conformada la columna y en general el tronco (anatomía), también es necesario que conozca el correcto funcionamiento (biomecánica), cuales son las fuentes posibles del dolor, los patrones o cuadros clínicos posibles (semiología), es importante que tenga empatía con el paciente y que pueda hacer un adecuado interrogatorio y exploración del abdomen, la columna, fuerza y movilidad del “core”, la pelvis, la cadera y hasta la postura, además también debe ser capaz de reconocer las estructuras normales y alteradas en estudios de imagen como Rx y resonancia magnética. Por si fuera poco, es requerido que considere todos estos temas en poblaciones de diferentes características, es decir niños, ancianos, deportistas, sedentarios, diabéticos, pacientes reumatológicos, etc, etc.

Si bien los alumnos de medicina en algún momento de la carreta estarán en contactos con todos esos temas he de decir que no existen estrategias para la adecuada utilización de todo ese conocimiento en beneficio del paciente con dolor de espalda, pues se imparte anatomía “normal” en los primeros semestres a gran velocidad sin poder reparar en los casos de enfermedades, la gran mayoría de las escuelas no incluyen en sus programas biomecánica y postura, a la semiología y terapéutica puede dedicarle algunos minutos que difícilmente llegarán a una hora, en la clase de ortopedia, en algunos programas no está incluido como tema. La cátedra de radiología, en el caso de que exista, dedicara quizá una clase. Durante el internado rotatorio seguramente tendrá contacto con estos pacientes en los servicios de urgencias, donde habitualmente se atiende el cuadro agudo del paciente, para ser enviado a la consulta, de nuevo el estudiante y el interno tendrá oportunidad de verlos en este servicio, aquí debía integrar todo el conocimiento para dar atención de calidad, sin embargo ya todos sabemos de los 15 minutos que se presta a cada consulta y aunque no es el tema de esta entrega, no hay manera de que un paciente con dolor lumbar sea correctamente atendido en ese tiempo y que además se dedique tiempo a la enseñanza a los alumnos.

Queda claro que un problema de este tamaño e importancia, requiere de mejores estrategias educativas, de otra manera, el futuro médico no será capaz de atender eficazmente a sus pacientes con dolor lumbar y difícilmente tendrá criterio para opinar sobre todas las ofertas que existen en la calle para estos pacientes (masajistas, quiroprácticos, terapeutas, entrenadores, acupuntura y demás).